Nunca hubo mejor momento para la comunicación de salud. La explosión tecnológica está alcanzando nuevas cotas en términos de eficacia, seguridad y calidad de vida en la gran mayoría de las terapias. Hoy más que nunca, estamos dejando de hablar de enfermedad, para hablar de esperanza. Medicina personalizada, prevención, seguimiento y motivación a través de wearables que a su vez desembocan en más y mejores datos que bien tratados aumentan la calidad de vida. Todo ello seguido de una revolución social donde tener a disposición del personal sanitario, pacientes e instituciones un abanico de herramientas para comunicarse al mundo, compartir información, conocimientos y experiencia, tener voz y fortalecer sus comunidades.
la visita médica se ha convertido en un molesto spam para los médicos
todos estos cambios han generado un giro enorme entorno al marketing y la comunicación de salud. La información de valor que aportaban las marcas al colectivo sanitario, ya no es tan relevante porque la propia comunidad, lo tiene gracias a internet. Esto es aplicable a las presentaciones, debates, mesas redondas, estudios o avances en la patología de turno. Toda la información está disponible en la red de modo oficial u oficioso gracias a las publicaciones personales de la comunidad, hasta tal punto, que en muchos casos, la visita médica se ha convertido en un molesto spam para los médicos.
Los laboratorios farmacéuticos conocen esta realidad mejor que nadie y no pueden permitirse el lujo de que la relación con su cliente se centre en la interrupción del mismo.
En mercados saturados, donde la información está disponible en la red y la relación histórica con la comunidad de clientes se basa en la interrupción, tenemos que afrontar varias preguntas incómodas: ¿Donde nos lleva esto? ¿Nadie se plantea que lo que hacemos empieza a aportar, poco o nada?
Muchas empresas farmacéuticas han abierto ya este melón. Se debaten entre la realidad actual y el futuro, pero cuando pesa más el corto, la parálisis suele ser la norma. En cualquier caso el debate existe y no somos pocos los profesionales que hemos sido convocados a Think Tanks en diferentes consultoras y farmacéuticas para tratar de vislumbrar un futuro próximo y trazar un plan para el mismo. Cuando asisto a los mismos, siempre digo lo mismo, lo llevo diciendo desde hace más de 10 años. Ante la comoditización de la información, una relación tóxica con tu cliente, la saturación del mercado y un entorno social y económico inestable, solo cabe una respuesta: valentía.
Valentía para admitir el problema. Para entender que los mensajes por sis solos no pueden sostener una relación de confianza. Valentía para comprender que los formatos actuales están saturados, para aceptar que nuestra posición comercial es tiene un volumen porque la inversión en su mercado también lo tiene, en lugar de que nuestro producto aporte algo más valioso que nuestros competidores.
Valientes para derribar muros y avanzar diseñando nuevos relatos, nuevas formatos y nuevos medios
Valientes para pensar más allá del ciclo, del trimestre, del año. Porque aunque tengamos que asegurar los resultados a corto, nuestra existencia depende del largo plazo. Valientes para construir nuevos espacios de relación con la comunidad sanitaria. Abrirla más allá del prescriptor y entender que los contextos profesionales y personales pesan mucho más que un mensaje promocional.
Valientes para derribar muros y avanzar diseñando nuevos relatos, nuevas formatos y nuevos medios. Valientes para aceptar que un departamento de compliance no representa una barrera si no, un aliado que nos impulsará mucho más lejos.
Valientes para admitir que el éxito de otros no supone el éxito de nuestro producto. El Copy/Paste ya no funciona. Por eso tenemos que ser valientes para crear nuestro propio camino, uno más autentico y relevante. Valientes para entender que la publicidad no es solo una ejecución creativa si no, una poderosa herramienta que diferencia, mejora y lleva mucho más lejos un producto, una relación o una causa.
Valientes para admitir que en un mundo complejo, los atajos no valen. Si queremos más, tenemos que hacer más y esto empieza por redefinir el concepto mismo de comunicación, empezar a entenderlo como una relación y plantearlo a largo plazo.
En salud, hoy más que nunca, necesitamos una Comunicación Estratégica Valiente
Ilusionlabs
Hoy más que nunca hace falta plantear un tipo de comunicación más estratégica, basada en el conocimiento y la experiencia de un equipo de alto rendimiento que le apasione lo que hace y para quien lo hace. Un equipo que entienda que un cliente nos reta con su problema, porque nuestro trabajo aportar soluciones. Un equipo que entienda mejor al cliente de su cliente. Que entienda que la mediocridad es sinónimo de irrelevancia y ofrezca soluciones valientes. Por eso más que nunca la industria de la salud necesita una comunicación estratégica valiente.
En ilusionlabs llevamos 9 años cuestionando todo un mercado, dando visibilidad al colectivo sanitario, investigando, creciendo haciendo propuestas que han marcado nuevos caminos. Por eso a la marca ilusionlabs le acompaña siempre este baseline que nos define como nunca: Comunicación Estratégica Valiente.
Hablando de Marcas en Salud 